Actualmente, cualquier emprendedor puede tener una gran idea de
negocios y montar una tienda en línea, con capacidad de competir con un
establecimiento en la 5ta. Avenida en Nueva
York, una tienda de ropa en Sao Paulo
o un punto de venta de perfumes y accesorios para damas en Barcelona. El Mobile
Commerce es la nueva tendencia de consumo a través de tabletas y Smartphone
que está cambiando el comportamiento del consumidor –no solo en Internet sino
en su más amplio sentido. ¿Acaso esto pudiese llegar a ser competencia desleal?
Definitivamente no lo es. De lo que se trata más bien es de una readecuación,
un cambio en los patrones de consumo que también debe generar nuevas
estrategias para aquellos que buscan vender más y obtener más beneficios.
Si un negocio –sea este grande o pequeño—no hace las inversiones de
lugar y busca operar estratégicamente, lo más común es que pierda
competitividad. En muchos países de América Latina, incluyendo República
Dominicana muchos negocios han sentido el impacto de la desaceleración de sus
ventas, a causa de la gran fuga que se ha movido al comercio electrónico. En
consecuencia, en el caso local dominicano, un pequeño –pero poderoso—grupo
de empresarios, está favoreciendo un cargo impositivo a las compras por
Internet, ya que cualquier artículo entre $.01 USD y $199.90 USD está libre de
impuestos. Es normal que así sea, porque tratados internacionales como e
DR-CAFTA –en el cual participan países centroamericanos— establece una apertura
en los mercados, que si bien es cierto tienen sus regulaciones de lugar,
también es cierto que prohíben este tipo de acción.
Lo grande es que las importancias que recibe la DGA –Dirección General de Aduanas— bajo la modalidad exprés, que
son las que reciben los Courier, no representan más de 4% del total de
importaciones que entran al país. Ahora bien, si los retailers dominicanos,
centros comerciales y grandes supermercados han sentido la amenaza, ¿Por qué no
invierten en comercio electrónico en vez de quejarse ante el gobierno
dominicano para que se tome una medida restrictiva que los favorezca a ellos y
no al consumidor? Da mucha pena que los esfuerzos es e-commerce en República Dominicana vengan de individuos
propietarios de microempresas, sin capital, sin recursos, sin padrinos, pero sí
con una gran iniciativa y visión. No obstante, los poderosos, los dueños de
grandes capitales, no pueden ver más allá de sus cajas registradoras y de
imprimir al final de la factura, “gracias por preferirnos” o “gracias por su
visita”.
Supuesto comercio electrónico
Creo que vamos de fatalidad en fatalidad. Los principales
establecimientos comerciales en nuestro país, según su volumen de ventas y
popularidad, no cuentan ninguno de ellos, con una plataforma de comercio
electrónico. Lo extraño de todo esto es que parece que en algún momento algún
consultor les dijo que había que introducir esta tendencia del mercado, pero a
unanimidad, parecen haber montado portales de Internet que dicen que proveen
ventas en línea, pero solo tienen paginas que dicen o estar en construcción o
simplemente no ofrecen nada de lo que dicen tener. ¿Qué ha sucedido en
entonces?
Lo que ha sucedido es que estas tiendas han perdido participación en el
mercado y han dejado de ofrecer una opción atractiva a los consumidores
locales. ¿Sabes cuántas personas en Santo Domingo y Santiago estarían dispuestas
a recibir su compra del mes en casa? Solo por mencionar un nicho de mercado,
pero si los grandes no lo hacen, los pequeños no serán estúpidos de aprovechar
una brecha competitiva en un país en donde las oportunidades son exóticas y
solo los que piensan bien pueden sacarle provecho a las mismas.
El comercio electrónico está
fundamentado en toda una cadena de suministros y un proceso completo de
comercio, en donde desde el principio hasta el final sea completado
electrónicamente. Si alguien tiene que salir a hacer un depósito a un banco,
eso es cualquier cosa, menos comercio electrónico. Si puedo aprovechar una
oferta de vegetales en el Supermercado desde mi celular, o necesito tinta para
mi impresora pero no quiero salir de la casa, esa es una necesidad que puede
ser satisfecha por el comercio electrónico local.
¿Qué se puede hacer?
La República Dominicana puede hacer mucho con poco. De hecho, uno de
los grandes beneficios del comercio electrónico es el abaratamiento de los
costos de operación y una creciente oportunidad de demandantes en línea. Un
empresario puede poner oficinas para recibir mercancías en Miami o simplemente
puede ofrecer sus productos en plataformas de comercio electrónico como Amazon
e EBay. Si gustas competir con las mismas, abre tus propias tiendas y
potencializa el comercio electrónico no solo localmente sino en toda la región
e inclusive, dentro de Estados Unidos. Potencial generar riquezas hay de mas,
es solo ver con objetividad que se requiere de un cambio en el modelo de negocios,
más que buscar beneficios a corto plazo. A final de cuentas, la apertura de
mercados beneficia más a todos y contribuye al desarrollo y empoderamiento
colectivo de diversas clases sociales.
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